La Casona De Palmira
AtrásLa Casona de Palmira se erige como una propuesta de doble propósito en Caín de Valdeón: un hostal funcional y un restaurante de comida casera. Su principal carta de presentación es, sin duda, su ubicación. Situado en la Travesía del Cares, es literalmente el punto de partida o de llegada para miles de senderistas que cada año afrontan la icónica Ruta del Cares, lo que lo convierte en una opción logísticamente inmejorable para quienes visitan los Picos de Europa con este objetivo en mente. Esta conveniencia es, quizás, el factor más decisivo para muchos de sus clientes.
El alojamiento: Un refugio para el senderista
Como alojamiento en Picos de Europa, La Casona de Palmira ofrece lo que la mayoría de los montañeros y viajeros buscan: un lugar limpio, cómodo y sin pretensiones donde descansar. Las habitaciones, disponibles en modalidades individual, doble y triple, cuentan con los servicios básicos asegurados: baño privado, calefacción y televisión. Las reseñas de quienes se han hospedado aquí a menudo describen las instalaciones como funcionales y adecuadas, destacando la comodidad de las camas, un detalle crucial tras una larga jornada de caminata. Algunos comentarios apuntan a que los baños podrían ser algo anticuados, pero prevalece la sensación de que el establecimiento cumple con su promesa de ser un lugar de descanso efectivo.
Sin embargo, el verdadero valor diferencial del hostal rural parece residir en el trato humano, personificado en Marino y María José, los anfitriones. Múltiples opiniones de huéspedes resaltan su amabilidad, su disposición para ofrecer consejos sobre la zona y las rutas, y un trato cercano que hace que los visitantes se sientan como en casa. Este factor personal eleva la experiencia por encima de un simple lugar de paso, convirtiéndolo en un hostal con encanto para aquellos que valoran la hospitalidad auténtica. Para familias que viajan con niños, se ha destacado la atención especial y la paciencia de los dueños, un punto muy a favor para este perfil de viajero.
El restaurante: Entre el sabor casero y la rigidez normativa
El restaurante de La Casona de Palmira es un capítulo aparte que genera un espectro de opiniones mucho más amplio. Por un lado, la calidad y cantidad de la comida reciben elogios consistentes. El menú del día, fijado en 20€, es el protagonista. Platos como la fabada, los pimientos rellenos o el pescado son mencionados por su buen sabor y generosas raciones, ideales para reponer fuerzas. Los postres caseros, como el tiramisú y el flan de huevo, también son un punto fuerte recurrente en las valoraciones positivas. Existe la opción de un medio menú por 16€, aunque este solo incluye la elección de un primer plato.
La política del menú: Un punto de fricción
La controversia surge en torno a las normas del establecimiento, particularmente una que se repite en casi todas las reseñas: la prohibición de compartir menús. Esta política, si bien puede ser una práctica comercial legítima, es percibida por una parte de la clientela como una muestra de inflexibilidad. Un testimonio particularmente negativo relata cómo, al no tener mucha hambre, se les negó la posibilidad de pedir un medio menú para dos personas, lo que resultó en una experiencia frustrante que les llevó a abandonar el local. Este tipo de rigidez choca con las expectativas de algunos clientes que buscan mayor adaptabilidad.
Esta falta de flexibilidad se extiende, según algunas experiencias, al trato general. Mientras que unos clientes describen el servicio como amable y cercano, otros lo califican de distante y poco acogedor, llegando a sentirse como una molestia. Esta dualidad en las percepciones sugiere que la experiencia en el restaurante puede depender en gran medida del personal de servicio del día o de la propia interpretación de un estilo de hostelería más directo y menos ceremonioso. La respuesta de la dirección a algunas críticas online también ha sido señalada como abrupta, lo que podría reforzar la imagen de un negocio con un carácter muy definido que no busca complacer a todo el mundo.
Aspectos positivos a destacar en la mesa
A pesar de las críticas sobre el servicio, hay aspectos que son consistentemente valorados. Por ejemplo, el sistema de atención por orden de llegada es visto por algunos como un método justo y transparente. La flexibilidad en otros aspectos, como permitir cambiar el postre por un café en el menú, muestra que, dentro de sus normas, existen ciertos márgenes de maniobra. Quienes acuden con el apetito adecuado y aceptan las reglas del juego suelen salir muy satisfechos, destacando la excelente relación cantidad-calidad-precio, especialmente en un lugar tan turístico como Caín.
En resumen: ¿Es La Casona de Palmira para ti?
La decisión de alojarse o comer en La Casona de Palmira depende fundamentalmente de las prioridades del viajero. A continuación, un balance de sus puntos fuertes y débiles para ayudarte a decidir:
- Puntos Fuertes:
- Ubicación insuperable: Ideal para realizar la Ruta del Cares sin necesidad de desplazamientos adicionales.
- Alojamiento funcional: Habitaciones limpias y cómodas, perfectas para el descanso del senderista.
- Hospitalidad en el hostal: El trato cercano y los consejos de los dueños son un gran valor añadido para los huéspedes.
- Comida abundante y sabrosa: El menú del día ofrece platos caseros y contundentes a un precio razonable.
- Postres caseros: Un final dulce muy apreciado por la mayoría de los comensales.
- Puntos a considerar:
- Políticas estrictas: La norma de no compartir menús es innegociable y puede generar situaciones incómodas.
- Servicio inconsistente: El trato en el restaurante puede variar desde muy amable a percibirse como frío o distante.
- Poca flexibilidad: Si buscas un lugar que se adapte a peticiones especiales o tienes poco apetito, el restaurante podría no ser tu mejor opción.
En definitiva, si buscas un alojamiento práctico y sin lujos en el corazón de los Picos de Europa, y una comida casera que te llene de energía, valorando la eficiencia por encima de la flexibilidad, La Casona de Palmira es una opción muy sólida. Las opiniones del hostal son mayoritariamente positivas en cuanto al descanso y la amabilidad de los propietarios. Sin embargo, si acudes al restaurante, es recomendable ir con hambre, conociendo de antemano sus reglas y preparado para un servicio que puede ser directo y al grano. Es un establecimiento con una fuerte personalidad, que para muchos es parte de su encanto rústico y para otros, un punto de desencuentro.
