Hotel Restaurante Ayestarán

El Hotel Restaurante Ayestarán es un establecimiento con más de un siglo de historia, inaugurado en 1912, que ha sido gestionado por la misma familia a lo largo de cuatro generaciones. Declarado Patrimonio Histórico Artístico, este negocio ha acogido a personalidades como Ernest Hemingway y Orson Welles, lo que añade un notable peso histórico a su propuesta. Su oferta combina el carácter de un hotel tradicional con los servicios de un hostal, presentando una serie de ventajas claras junto con algunos aspectos que los potenciales clientes deben considerar.

Instalaciones y Ambiente: Un Oasis con Sabor a Antaño

Uno de los puntos más destacados y elogiados de forma consistente por los visitantes es su magnífica área exterior. El complejo cuenta con una piscina de gran tamaño, a menudo descrita como el corazón de la vida del hotel durante el verano, rodeada de amplios jardines con zonas de sombra que invitan al descanso. Para los más activos, las instalaciones se complementan con una pista de tenis, mesa de ping-pong y cancha de vóley. Este conjunto convierte al Ayestarán en un hostal con piscina muy completo, ideal para familias con niños y para cualquiera que busque un refugio tranquilo tras una jornada de turismo o deporte. Los huéspedes lo califican como un "oasis", especialmente durante los días de calor.

Las Habitaciones: Entre lo Renovado y lo "Viejuno"

El alojamiento en el Hotel Ayestarán presenta dos caras. Por un lado, algunos huéspedes reportan haberse alojado en suites triples espléndidas y actualizadas, que ofrecen un confort moderno. Por otro lado, una crítica recurrente es que parte de las habitaciones conservan una decoración y mobiliario que algunos califican de "viejuno" o anticuado. Si bien muchos aprecian este estilo rústico como parte del encanto de un hostal con encanto, otros pueden encontrarlo desfasado. Es un punto importante a tener en cuenta para gestionar las expectativas. Además, se han señalado detalles específicos de confort que podrían mejorarse, como la presencia de una única almohada, demasiado gruesa para algunos gustos, en camas de matrimonio.

Gastronomía: Sabor Casero con Condiciones

El restaurante es otro pilar del negocio, ofreciendo una cocina casera y de calidad que recibe elogios, especialmente en eventos como bodas. Los comensales destacan la autenticidad de sus platos, como el "solomillo de verdad", que se aleja de las ofertas estandarizadas. Sin embargo, el servicio de cena para los huéspedes alojados en régimen de media pensión se basa en un menú único de tres platos. Aunque la comida es buena, la falta de opciones puede ser un inconveniente para algunos. Un punto débil señalado por familias es la ausencia de un menú infantil específico, si bien la cocina muestra flexibilidad para adaptar platos o preparar alternativas sencillas como huevos o patatas fritas para los más pequeños. El desayuno es considerado correcto y suficiente, propio de un hostal familiar, cumpliendo con lo necesario para empezar el día.

Atención y Servicios: El Valor de un Trato Familiar

La atención al cliente es, sin duda, uno de sus grandes fuertes. Los comentarios describen al personal como atento, agradable y dispuesto a ayudar, ofreciendo un trato "inmejorable" y "exquisito". Esta hospitalidad se extiende a servicios prácticos muy valorados. Por ejemplo, para los ciclistas que recorren la Vía Verde del Plazaola, el hotel ofrece un garaje-taller seguro para guardar las bicicletas, ubicado en lo que antiguamente eran las cuadras de la propiedad. También facilitan toallas para la piscina, un detalle que mejora la comodidad de la estancia.

Un Punto Estratégico para Ciclistas y Amantes de la Naturaleza

Su ubicación lo convierte en un alojamiento en Lekunberri ideal para quienes realizan la Vía Verde del Plazaola. Muchos ciclistas eligen este establecimiento como final de etapa, encontrando en sus instalaciones el lugar perfecto para descansar y recuperarse. La combinación de la piscina, los jardines y el servicio específico para bicicletas lo posicionan como una opción altamente recomendable para este perfil de viajero. Es una base excelente para explorar la Sierra de Aralar y otros atractivos naturales de la zona.

Consideraciones Finales

el Hotel Restaurante Ayestarán ofrece una experiencia con una fuerte personalidad. No es un hotel moderno y estandarizado, sino uno de los hostales en Navarra con más historia y carácter.

• Lo mejor: Su impresionante piscina y zonas ajardinadas, el trato familiar y atento del personal, su valor histórico y su idoneidad para los ciclistas de la Vía Verde del Plazaola.
• A mejorar: La decoración y mobiliario de algunas habitaciones pueden resultar anticuados, ciertos detalles de confort como las almohadas son inconsistentes, y el menú de la cena, aunque de calidad, carece de opciones.

Es una opción excelente para viajeros que valoren el encanto histórico, un ambiente tranquilo y unas instalaciones exteriores de primer nivel por encima del lujo y la modernidad de las habitaciones.